El trabajo ha consistido en el estudio y definición de la solución óptima para la mejora del trazado de carreteras en una longitud de 100 km, así como la definición del refuerzo de firme necesario en otros 100 km de carreteras. En las zonas de variante de trazado se han proyectado las obras de paso y de drenaje necesarias, con tres puentes singulares. El primero de ellos, sobre el río Guatizalema, se ha resuelto con celosía metálica en vientre de pez de vano único y 67 metros de luz. El segundo, situado sobre el embalse de Ardisa, se trata de uno de los pocos ejemplos que quedan de celosía de hormigón armado –data de los años 20-, habiéndose proyectado su ampliación mediante jabalcones metálicos que descansan sobre una estructura metálica exterior, manteniendo el cuerpo principal del puente. Finalmente, en el puente sobre el embalse de La Peña, con tres vanos de 50-62,5-50 m de luz, se ha proyectado la retirada del tablero existente mediante empuje inverso (el puente actual se construyó por empuje en el año 1909) y sus sustitución por otro puente metálico moderno y con la anchura requerida, puesto en obra también por empuje aprovechando las mismas instalaciones auxiliares.